jueves, 20 de febrero de 2014

La relatividad de nuestras cosas



¿Ven esos dos puntitos que han sido aumentados en la foto? Apenas parecen mayores que una moto de polvo, pero son la Tierra y la Luna. Sí, vistas desde Saturno, a unos 1.445 millones de kilómetros; el sol, nuestra estrella, está de la tierra a algo menos de 150 mil millones de kilómetros. Tales inmensidades hacen que nuestro planeta y su acompañante, la luna, que nació de la tierra por un gran choque, parezcan "tan solo dos pequeños puntos, azul y blanquecino, perdidos en la inmensidad del espacio". (1)  Tal perspectiva  es una buena cura contra la arrogancia, el egocentrismo y otros males triviales de nuestra vida cotidiana. En tales dimensiones las cosas se ven de otro modo, desde otra perspectiva, no dando tanta importancia a lo que  realmente no  debía tenerla.
En nuestras vidas también experimentamos a veces esta sensación, y cuántas veces deseamos que esto hubiese sucedido antes. Cuando ocurre algún hecho especialmente impactante, especialmente doloroso, por ejemplo, la pérdida de alguien especialmente querido, muchas cosas se replantean y apreciamos el poder haber vivido lo vivido y el pesar por lo perdido y, especialmente también, el no haber hecho un mejor uso de nuestro tiempo con ese ser querido ya ido.
En ese punto azul pálido se ha desarrollado todo el drama humano, todas las persecuciones, batallas y destrucciones, todas las buenas y malas acciones, todos los mejores y peores pensamientos, todos los amores y desamores, todas las culturas, religiones y sistemas sociales. Ahí está toda la grandeza y toda la vileza de la especie humana, que, en realidad, su historia es otra pequeña mota de polvo en la inmensidad de la historia de la vida.
Qué frágil es la memoria humana y qué liviano su conocimiento. 
¿Hasta cuándo hombres y mujeres acompañarán a este planeta que rota como un pequeño punto en el universo?  Y, ¿hasta cuándo seguirán explotándose unos a otros?¿Hasta cuándo? Qué terrible tragedia humana. 
Puede, puede que en un viaje imaginario en un futuro no muy lejano mirásemos desde la inmensidad a esa zona del espacio, nos acercásemos, y ya no viésemos más seres humanos. Atrás quedaron todos aquellos años, siglos y milenios de esta esperanzadora especie, que desapareció y hoy ya apenas queda rastro de ella ni de lo que hizo.


Notas
Enlace de la fotografía: Sinc

(1) Verónica Casanova.  La Tierra vista desde Saturno. Astrofísica y Física. 23.7.2013.

Recomiendo el capítulo de la serie Cosmos de Carl Sagan, ¿Quién habla por la tierrra?

4 comentarios:

  1. Magnífico texto!
    No meu cantinho estamos em festa com sorteio e novidades. Convido-te a dar lá um saltinho!
    Beijinhos
    Maria


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  2. Muito obrigado Maria!
    Vou seguir o blog.

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  3. Comparto esta valoración, Mikel. Pero en el planeta Tierra viven millones y millones de seres, animales y vegetales. Inocentes, sufren, padecen y son exterminados por la locura demente del ser humano.
    ¡Pobre planeta "Tierra"!
    Le ha salido una grave enfermedad: Nosotros.

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  4. Sí, muchas veces, más de las que vemos, somos un problema para la propia vida. El desarrollo de un mayor cerebro no nos hace superiores, nos hace diferentes, a veces esa diferencia no es para algo mejor, sino para algo peor. Ya que la utilizamos para hacer el mal, en todo el sentido de la palabra.
    Un saludo

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