martes, 18 de agosto de 2015

Lorca en la conmemoración y la memoria


Decía un pensador caracterizado por su pensamiento riguroso, sincero y profundo, algo poco común entonces como ahora, que en vida a las personas preocupadas por la justicia social, por los más necesitados, explotados y oprimidos, se las persigue, acosa y odia por parte de aquellas clases sociales responsables del sufrimiento y miseria de buena parte de sus congéneres. Hasta tal punto que muchos de ellos sufren atroces castigos e incluso llegan a ser asesinados. Es el caso de Federico García Lorca, que un día como hoy, 18 de agosto, del año 1936, moría a manos de las hordas de matones enviadas por las pudientes clases sociales que lo odiaban y lo temían en igual grado. Federico no las tenía en gran estima, por su falta de humanidad, de cultura y su vaciedad moral:
Claro que le gusta al público, al público que también me gusta a mí: obreros, gente sencilla de los pueblos, hasta los más chicos, y estudiantes, y gentes que trabajan y estudian. A los señoritos y a los elegantes, sin nada dentro, a ésos no les gusta mucho, ni nos importa a nosotros. Van a vernos y salen luego comentando: "Pues no trabajan mal". Ni se enteran. Ni saben lo que es el gran Teatro español. Y luego se dicen católicos y monárquicos y se quedan tranquilos. Donde más me gusta trabajar es en los pueblos. De pronto ver un aldeano que se queda admirado ante un romance de Lope, y no puede contenerse y exclamar: "¡Qué bien se expresa!". 1
Sin embargo, ahora, muchos años atrás de su muerte, quieren anular y negar la realidad que vivió y en la que creyó Lorca. Como bien lo expresaba el pensador, intentan convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, rodear su nombre en una aureola de gloria, cuando antes recibían la rabia más salvaje, el odio más furioso y las campañas más desenfrenadas de calumnias y mentiras, según nos vuelve a recordar el pensador.
De esta forma anularán el fondo y contenido de la obra del artista, Lorca, haciendo olvidar que el sí luchó con coraje y decisión por un mundo más justo y equilibrado. Conseguirán que aquellos por los que él se preocupó, los oprimidos, los trabajadores, no lo reconozcan y lo olviden.
Qué no diría ahora Lorca ante semejantes infamias, ante tanta falta de dignidad y sinceridad:
Siempre somos objeto de conmemoraciones, aniversarios, homenajes, después de muertos, claro, cuando ya no tenemos voz para opinar, cuando ya no podemos defendernos. En vida es otra cosa. En ella, desde el silencio hasta el exilio o el asesinato todo es posible. 2

Notas:
1. Lorca. Declaraciones a Juan Chabás, 3 de septiembre de 1934.  en la obra de Andrés Sorel. Yo, García Lorca. Txalapata. 1997.
2. Andrés Sorel. Yo, García Lorca. Txalapata. 1997.
. El gran pensador del que hablo en el texto es Vladimir I. Lenin, de su obra El Estado y la revolución.


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